El 28 de agosto Tampico enfrentaría al Real Valladolid para jugar la final del Torneo “Ciudad de Valladolid”
Noche de hechizo, noche de estrellas que envuelven titilando los cielos de la tierra del legendario rey Felipe II llamado “El prudente”, de las letras que saben a novela de Miguel Delibes, nocturno de embrujo que se apresta para que dos continentes contiendan por una pelota de fútbol en el inmenso césped del estadio José Zorrilla.
26 de agosto de 1980. Se inaugura el noveno torneo veraniego “Ciudad de Valladolid”, donde convergen las escuadras Club de Fútbol Burgos, la selección de Honduras, Tampico Fútbol Club, y los anfitriones: Real Valladolid.
Salta, en el primer choque Burgos-Tampico, la siguiente formación de Burgos: Mate Gómez, Cordero, Ruiz, Igartúa, Pereda, Valdés, Varela, Vitoria; Cholo, Adorno, Juanjo.
Tampico: Vázquez; Vega, Salazar, Esquivel, Nájera; Ojeda, Galindo, Draganic, Castillo, Revetria, Pomarico.
En Valladolid fue el segundo torneo que jugamos: – Refiere Hebert Carlos Revetria – ya que cuando arribando a España lo hicimos en el “Torneo de Cáceres”, donde obtuvimos el campeonato, aunque en ese torneo no jugué por estar recuperándome para intervenir en los juegos subsiguientes.
El colegiado Jesús Ausocua Sanz, en punto de las 9 de la noche, suena su ocarina para iniciar la primera parte con un Burgos apoyado por su hinchada que viajó a la plaza vallisoletana buscando motivarlos para ofender al rival con bravura.